miércoles, 5 de junio de 2013

Vuelo Frustrado

Quiero aterrizar en el portaviones de tu pecho, sentir que floto sobre seiscientos metros de profundidad, mullida en esa vellosidad tibia de tu virilidad, viendo las estrellas. Pero tú dejas un tapón abierto, haces agua, y nos hundimos juntos. Nos traga el mar que enfurecido, nos avienta por mundos diferentes. Pensé que amabas volar conmigo, pararte sobre altas cordilleras y mirar el mundo para zambullirte en él dentro de mi nave, donde no viste los dos volantes, la ventana panorámica, la energía ilimitada… Te acosó la fantasía hasta ahogarme, profanaste la magia que nos unía en tu insaciable búsqueda de placer, y luego… te encerraste en una bóveda blindada de vergüenza y ego, quedándote a la deriva. Mayo 2013

jueves, 3 de febrero de 2011

Merodeando Por Los Pueblos De Los Incas



Aterrizo en Cuzco a las 8 a.m. del martes y de inmediato al ver a Gina mi operadora turística, apago el suiche caraqueño y me entrego a un servicio eficiente y afectivo que promete momentos de placer. Gina me había llamado a mi celular en Caracas, para confirmarme que estaría esperándome, con la típica cortesía almibarada de los andinos peruanos, y que al llegar me pone en un cómodo alojamiento donde todos nos ofrecen dedicación absoluta, camas con edredones y almohadas de plumas, bolsas de agua caliente en los pies, chocolates, toallas y batas de baño mullidas para descansar luego de largas caminatas por ruinas llenas de dolor e historia.
A pesar de ser época baja en diciembre, hay bastantes turistas, sin embargo no hay caos, la limpieza y el orden son absolutos. El servicio de guías y restaurantes, es tan esmerado que parece que el director de escena ha dado sus instrucciones exactas. La puesta en escena tiene sus actos cronometrados y en varios idiomas para que nadie se pierda de una línea de historia. “Cada eslabón en la cadena es importante para que todos tengamos éxito en esta industria que beneficia al país” Me dice Paúl, nuestro guía en Machu Pichu, mientras en la calle policías de azul persiguen a indiecitos que a su vez persiguen a los viajeros ofreciendo artesanías. “No molestes, no ve que están paseando” “¡Oye tú ¿qué estás haciendo? ¿Acaso no sabes que está prohibido vender así, persiguiendo?!”, “Señora no le compre, está prohibido, es injusto con los que pagan por tener sus tiendas” . Pito en mano Cuzco está limpia de buhoneros que estratégicamente se resuelven entre las columnas de las callecitas coloniales. Caminar no es peligroso. Nadie quiere que alguien se lleve una mala impresión y se les eche a perder el negocio a todos.
En cuatro días subimos y bajamos los altos peldaños de las ruinas incas conmovidas por el paisaje y el esfuerzo de una cultura que sin conocer la rueda, construyó un imperio. A mi me tiene fría y corroída de envidia la organización, la cortesía, la puntualidad de los peruanos que trabajan en la industria turística. El tren que va de Cuzco a Aguas Calientes, pueblito al pie de Machu Pichu, y que cuesta $US 150, los vale por cada kilómetro que recorre a la velocidad ideal para disfrutar el paisaje, con enormes ventanas y techos transparentes mientras elegantes tripulantes atienden a todos con discreción, poniendo manteles individuales en mesitas de madera para un desayuno cinco estrellas, mientras uno va sobrecogido por un paisaje de valles sembrados de papas, maíz, quínoa, cebolllines, custodiados por gigantescas montañas, y regados por el río Urubamba, donde no hay basura, como no la hay en la carretera, ni en las calles, ni en la estación del tren, ni mucho menos en la ruinas.
En esta gran producción en serie que es llevarlo a uno por los pueblos de los incas no hay fallas, todos trabajan concientes de la importancia que tiene cada uno de los que paseamos sus tierras, de la propaganda boca a boca, de dejar al turista más que satisfecho para que vuelva y anime a otros a venir.
Perú es mucho más pobre que Venezuela y más poblado, sin embargo no tiene inflación, su economía ha crecido en los últimos años, el porcentaje de pobreza ha bajado considerablemente, y su gente está conciente de que hay que trabajar duro para vivir mejor. El esfuerzo de los incas pervive en esta sociedad donde nadie se queda en casa esperando una bequita.

Escrito para www.codigovenezuela.com

Apostando por el Arte



El 22 de enero llena de expectativa ante uno de los acontecimientos más importantes en la historia de Tasmania y del mundo del arte, hago mi cola para tomar el ferry que me llevará a conocer MONA Museum of Old and New Art (Museo de Arte Antiguo y Nuevo). Al llegar hay una gran fiesta animada por un concierto del Groupe F de Francia que con los acordes de un chelo y un teclado electrónicos, ponen un show pirotécnico con antorchas que crecen y se esfuman, en el techo del museo con la montaña Wellinton como background. El asombro que ya la historia de MONA ha alimentado en mi día a día con las noticias sobre el gran acontecimiento crece.
Desde hace pocos años todos han estado esperando este dia, desde que vieron que la promesa de David Walsh se hacia realidad, cuando parte de la colina donde está su viñedo Morilla era cortada y rellenada por toneladas de piedra y hierro para construir 6.000 metros cuadrados de un museo subterráneo de tres niveles, sobre el cual siguen las áreas verdes de la colina cercenada, y donde ahora también hay espacio para dos escenarios con 360º de paisaje sobre el río Derwent, la montaña Wellinton, verdes colinas residenciales y los viñedos.



Para ser invitado la primera noche se organizó hace meses un sorteo vía Internet, 2500 personas fueron favorecidas que junto con los invitados especiales sumaron esa noche cuatro mil invitados. Algunos vieron a John Malcovich hacer su cola para el ferry sin espavientos. Durante los tres días que duró la fiesta, la gente pudo disfrutar con sus niños, sentados en mantas y con cestas de pic-nics, echados en la grama, junto con David Walsh en shorts, bailando entre la gente. Unos entrando al museo, otros disfrutando los conciertos al aire libre.
Walsh nació frente a esta colina donde esta hoy su viñedo, fábrica de cerveza, hotel-boutique y ahora MONA, su museo; con un tipo de autismo muy peculiar, el cual le permite tener una insólita habilidad para los números y memoria envidiable. Creció en Glenorchy., suburbio de Hobart donde vive la clase obrera, seguramente soñando con cifras de tantos ceros que todo recinto se le hacia pequeño. Desde niño además de los números le han apasionado los libros y la biología, por eso entró en la universidad a estudiar ciencias, sin embargo, al terminar el primer año renunció a los estudios y con unos amigos con quienes solía escaparse a jugar en el casino, empezó a redefinir complejos sistemas de juego, antes de tener un éxito tan rotundo que se convirtió en una amenaza para los dueños no solo del casino de Hobart, sino de los casinos del mundo. Afortunadamente para él, Tasmania y el mundo del arte, David a amasado una inmensa fortuna con el juego y ha ido invirtiendo en arte, acumulando tantas obras y piezas antiguas de colección, que decidió hacer este museo para que todos puedan disfrutarlo.
Lo que más le entusiasma a Walsh es sacudir a la gente, sacarla de su zona de confort, provocar indignación, risa, malestar; dice que le gusta que la gente piense, por eso MONA no es un museo donde predomina la belleza, se podría decir que MONA es un canto a la muerte, al sexo, a la provocación; insólito contraste con el paisaje que lo rodea y la atmósfera lograda por Walsh y su arquitecto, quienes hicieron una edificación que produce placer verla y recorrerla. La entrada está enmarcada por un enorme espejo cóncavo donde se refleja el hermoso paisaje. El lobby de entrada es mayormente de vidrio lo cual también permite seguir disfrutando de la vista. Una vez dentro, se puede bajar en un ascensor transparente los tres pisos, o utilizar una escalera tipo caracol. El túnel por donde baja el ascensor es de piedra arenisca, una vez en el tercer sótano al abrirse el ascensor, se entra en un enorme hall también de piedra arenisca de unos 20 metros de altura que encierra un atractivo bar y un enorme corredor hacia las galerías, donde la iluminación resalta la textura, los matices de la piedra, y Bit.Fall, una caída de agua con efectos electrónicos que Julius Popp, creó para MONA.


Al entrar, para alimentar aun más mi asombro me dan un iPod Touch con un localizador para que al hacer clic sepa adónde estoy, qué estoy viendo, la información de la obra y el artista, con opciones como el comentario de algún critico de arte, o Walsh explicando por qué adquirió esa obra, o entrevistas al creador; y para decir si me gusta o no la obra. A terminar mi recorrido, pongo mi e-mail para que me manden mi visita, que podré ver en mi laptop para recordar qué vi, y el listado de lo que no vi, de manera que al regresar al museo, pueda ingresar en mi recorrido y ver lo que falta. Son 1600 obras en total que no vale la pena ver en una sola visita. 1300 antiguas, desde momias y urnas egipcias, tesoros mesopotámicos, esculturas griegas; y 300 obras de arte moderno y contemporáneo.
Walsh esperaba impactar a los asistentes con obras tan agresivas a la vista como Cloaca Professional de Wim Delvoye, belga; una instalación que muestra el proceso de digestión de la comida hasta su último producto de defecación con los olores correspondientes. O los enormes cuerpos de reses colgando y pudriéndose, de la artista griega Jannis Kounellis. O las 150 vaginas de tamaño natural vaciadas en arcilla, llamadas Cunts... And Other Conversations de Greg Taylor, australiano, y sus amigas: y muchas obras mas de este estilo. Sin embargo la reacción del público es de curiosidad, interés y reflexión.
La construcción de MONA ha costado $75 millones, se calcula que en obras de arte hay $100 millones. Sin contar su última excéntrica apuesta de comprar la vida del artista francés Christian Boltanski de 65 años, que ha aceptado que cada uno de sus movimientos sea filmado 24 horas hasta el día de su muerte. El artista dijo a la agencia AFP que Walsh piensa que nunca pierde, y que alguien que piensa así debe ser el diablo, por lo tanto mientras más viva Boltanski, más dinero deberá invertir Walsh. “Si yo muero en tres años, gana Walsh, si muero en diez años, gano yo … Voy a tratar de sobrevivir, uno siempre puede luchar contra el diablo”.
Al lado del bar, David Walsh quiere dedicar una de las paredes a las cenizas de personas muertas, el primero ha sido su padre. “Me gusta la idea de que las cenizas de alguien se convierta en una obra de arte, y sus hijos o amigos puedan venir a visitarlos y tomarse un trago sentados aquí”, este privilegio le costará a los interesados $75 mil. Posiblemente MONA termine siendo la pirámide de David Walsh y otros excéntricos.

Escrito para www.codigovenezuela.com

jueves, 13 de enero de 2011



En Busca de Tejedoras



A diferencia del mar donde la visibilidad puede ser infinita, en el páramo nuestros ojos se encuentran con la maravillosa distracción de gigantes montañas que pueden estar a nuestros pies o cubriéndonos gran parte del cielo. Parados en Mucuchíes, movido pueblo de Mérida, viendo en sentido sur-este, hacia el otro lado del río Chama, hay una cadena de montañas poco pobladas, y una angosta carretera que se pierde entre ellas. Los más aventurados rodamos hasta conseguir la calle que nos lleve al puente que cruza el río y nos encontramos con el letrero que dice Gavidia.
Al principio la carretera nos pone de frente a Mucuchíes, y desde colinas sembradas de papas con pequeñas casitas adornadas de flores, largas tiras de bluyines al sol y campesinos en su afán, descubrimos como Mucuchíes ha sido impactado por la “civilización”. La carretera va culebreando entre caseríos hasta volverse muy angosta y llevarnos a un gran cañón. Con curiosidad y asombro rodamos en automático pendientes de la próxima curva y la posibilidad de otro vehiculo en sentido contrario. Hermosas e imponentes piedras bordean el río que corre debajo de la carretera. Queremos parar para contemplar las enormes lajas de tonos grises pero hay que conseguir un recodo donde poner el carro sin bloquear la vía.
Seguimos y de pronto se abre un paisaje conmovedor. Un valle sembrado, de pequeñas colinas, donde el viento mantiene al ras la vegetación que pelea por sus flores. El silencio, la paz lo pueblan todo, entonces uno se detiene maravillado con esa agradable sensación de privilegio que sentimos los exploradores aventureros.
A pesar de que en Gavidia la gente tiene televisión vía satélite. Es un lugar donde se puede escuchar la naturaleza y a la gente, esa gente sencilla que vive en un mundo tan alejado de la agresividad urbana, que pueden tener la disposición de sentarse a conversar sobre sus vidas y sobre las nuestras, mientras la miradas vagan por el paisaje.
La luz cambia en el transcurso del día pintando las montañas de colores impredecibles, mientras algunas ovejas pastan la pajita paramera. En la noche la temperatura puede bajar a menos de 10ºC y el cielo se cubre completo de estrellas. MIs compañeras de viaje aseguran haber visto un momoe –duendes del páramo.
Al amanecer una parejita de franceses de luna de miel, emprenden otro camino a pie que los llevará hasta Barinas, tres días de viaje pernoctando en casas de campesinos.
Tania, Coco y yo estábamos en busca de mujeres tejedoras y para coronar nuestra aventura, nos encontramos que en Gavidia hay una cooperativa que las reúne. La actividad de tejer se estaba perdiendo, hoy muy poca gente en los Andes venezolanos usa prendas de lana, la mayoría usa fibra polar. En Gavidia queda una matrona, la gran madre que ya cerca de los 90 recuerda cómo en su familia tenían unas cuantas ovejas para lana, y cómo esquilaban las ovejas entre esposo y esposa, para luego separar la lana e hilarla para tejer en telares de madera. La gran madre ha sido quien les ha enseñado a las mujeres de la cooperativa que hoy tienen su tiendita en el caserío. Pero ¿para qué tejer?
En esta vida de agricultores hay mucho trabajo, y en él participan todos en la familia. El dinerito que entra es poco, así que las mujeres se reunieron y decidieron tener otra actividad productiva: tejer. Hoy tienen su tiendita y muchos pedidos. Cada una aportó algún conocimiento y se fueron reuniendo para compartir la actividad que además de tener un objetivo productivo económicamente, se ha ido convirtiendo en una actividad social, un espacio intimo en el que las mujeres pueden conversar sobre su vida, sus problemas, mientras tejen y entretejen sus vidas al calor de un fogón donde mientras tanto se van asando la arepas de trigo.

Escrito para www.codigovenezuela.com

lunes, 3 de enero de 2011


NUEVA ZELANDA O AOTEAROA

Tierra de la Larga y Blanca Nube

Tan pronto se suelta uno a caminar en cualquier ciudad o pueblo de Nueva Zelanda, uno se siente seducido por un mundo donde la mayoría vive sin el estrés de lo que vendrá mañana. Lo kiwis, como se llaman a sí mismos los neozelandeses, tienen la expresión relajada de los que forman parte de una sociedad con sus necesidades cubiertas por el gran esfuerzo que todos han puesto en tener un país productivo donde todos los ciudadanos son respetados por igual, en Aotearoa no hay problemas raciales, ni de estatus económico porque todos tienen lo que han logrado con su esfuerzo y no esperan que les regalen nada por lo que no hayan trabajado. Los ingleses tuvieron que hacer un tratado con los maoríes para establecerse aquí, nunca pudieron someterlos, probablemente sea esta la razón por la cual este país ha logrado una sociedad sensata basada en una historia de alianzas.

El turismo es la gran industria y los kiwis son unos anfitriones cálidos que tienen previsto hasta el último detalle para hacer sentir al visitante cómodo y feliz, dispuestos a sorprenderlo constantemente con algo mejor sea paisaje, deporte, comida o bebida.

El país tiene el tamaño ideal para conocerlo en dos semanas, o disfrutarlo despacito por 45 días o más. Algunos amigos veleristas pasaron dos años compartiendo su vida con los kiwis, porque viajar para muchos como yo, no es una actividad que sólo tiene como propósito conocer lugares y admirar paisajes o arquitectura, sino conocer gente, costumbres, filosofía de vida, tradiciones. Particularmente amo conocer sociedades que admiro para saber como obtuvieron sus logros.

Dependiendo del gusto por el frío o el calor, se puede escoger la estación para visitar y recorrer este pequeño y gran país, cuyo verano nunca será muy caliente, e invierno con montañas nevadas cuenta con pistas de esquí para todos los niveles de destreza.

En mi recorrido de Norte a Sur mi asombro iba del “oh” al “wuao” pensando que había visto el lugar más bello el mundo, pero no, unos kilómetros mas tarde vería uno mejor, y mejor y mejor, entre sorbos de vino que producen también constantes gemidos de placer “mmm” porque los kiwis producen deliciosos vinos, siendo su especialidad el Sauvignon Blanc seco y delicado de los viñedos de Malborough. Con la boca hecha agua por las de delicias en sus frutos de mar, o mi favorito, los platos en base a carne de venado siendo el carpaccio el que me causó mas suspiros. Descendientes de ingleses, la producción de buena cerveza es también su orgullo. En un soleado mediodía de primavera mi amiga Cynthia y yo, saboreamos una exquisita rubia que sale directa de un sifón conectado a los barriles de una pequeña fábrica de cerveza, ubicada en el viejo edificio de una antigua universidad, que es hoy un centro cultural, junto con decenas de kiwis asoleándose entre sorbo y sorbo, mientras músicos espontáneos se alternan.

Teniendo buenas tierras para viñedos, también cultivan buenos olivos, así que una actividad gastronómica deliciosa, es visitar olivares y probar diferentes tipos de aceites y productos hechos con él. Algunas de las granjas que producen vino y aceite de oliva, tienen magníficos restaurantes ubicados en zonas desde donde se puede uno deleitar con el paisaje de los olivares, los viñedos y el mar, por eso en Nueva Zelanda se puede vivir el festín de los sentidos.

Pero no son grandes anfitriones solo de viajeros y turistas, también los son de inmigrantes con la disposición de trabajar y contribuir con la estabilidad económica del país. Igual que los australianos sienten especial simpatía por los latinos y practican la inmigración selectiva. Ofrecen un visa que se llama Tourist Working Permit la cual permite que estudiantes hasta los 30 años puedan pasar un año paseando y trabajando. Lamentablemente los ciudadanos de Venezuela y Bolivia no pueden gozar de este privilegio. Los lugares con mayor atracciones turística están llenos de argentinos, brasileros, colombianos, chilenos, centroamericanos e ingleses, que prefieren trabajar en estos lugares a diferencia de los kiwis.

Nueva Zelanda llamada por sus descubridores polinesios Long White Cloud o Aotearoa, porque esa fue la primera visión de aquellos que llegaron allí remando desde Tahití, es un lugar para disfrutar sin formalismos y entregarse al placer. Pero también para conocer a una sociedad que en apenas a unos 200 años de fundada, pertenece al primer mundo.

María Inés Calderón (Para Codigo Venezuela diciembre 2010)

viernes, 19 de febrero de 2010

Amantes

Todavía tengo su olor, pensó ella.


Todavía tengo su aroma, pensó él.


Por mi cuerpo siguen vibrando sus caricias, pensó ella


En mis manos sigue la textura de su piel, pensó él


Hacia el este iba ella, hacia el oeste iba él


Debo dejar que el destino fluya, pensó ella


Debo esperar que el tiempo diga, pensó él


Febreo 2010

martes, 26 de enero de 2010

Desiderata de Autor Anónimo



Anda placidamente entre el ruido y la prisa,
y recuerda la paz que puede haber en el silencio.

Tanto como sea posible, sin rendirte,
cultiva la armonía con todos los seres.
Habla de tu verdad tranquilo y claramente;
y escucha a los demás,
aun al torpe y al ignorante
porque ellos también tienen su historia.
Evita a las personas agresivas y escandalosas
ellas son una molestia para el espíritu.

No te compares con otros, si lo haces
te convertirás en un vanidoso o en un amargado,
porque siempre existirá alguien mejor
y alguien peor que tu.
Disfruta de tus éxitos así como de tus planes.
Mantente interesado en tu carrera, aunque sea humilde
tu carrera es una posesión real en estos tiempos cambiantes.

Se cauteloso en los negocios
porque el mundo está lleno de trampas,
pero no dejes que esto te ciegue a la virtud que existe,
porque hay personas que luchan por altos ideales
y en todas partes la vida esta llena de heroísmo.
Sé tu mismo. Especialmente no finjas afecto.
Tampoco seas cínico sobre el amor,
porque entre los rostros de la aridez y el desencanto
el amor es perenne como la hierba.

Toma agradablemente el consejo de los años,
renunciando sin amarguras a las cosas de la juventud.
Cultiva fuerza de espíritu
para protegerte de las desgracias repentinas
pero no te angusties con pensamientos negativos
porque muchos miedos nacen del cansancio y la soledad.

Además de practicar una disciplina saludable,
también se benévolo contigo mismo.
Tú eres un hijo del universo
como lo son los árboles y las estrellas;
tienes el derecho de estar aquí.
Y aunque a tu entendimiento este claro o no
nunca dudes que el universo se desarrolla como debe.

Por lo tanto mantente en paz con Dios,
cualquiera que sea la forma en que lo concibas.
Y cualquiera que sean tus obras y aspiraciones
en la ruidosa confusión de la vida
guarda paz en tu alma.
Con toda su maldad, dificultad y sueños rotos
el mundo es aun hermoso.
Sé alegre. Esfuerzate por ser feliz.